domingo, 24 de julio de 2016

simone weil


Cuando Simone Weil tiene veinticinco años
abandona su brillante carrera filosófica
(la pone entre paréntesis)
para trabajar de obrera en una fábrica Renault,
allí, dijo, recibirá la marca del esclavo,
la marca de las cosas,
hacer,
no decir,
hacer,
romper el dominio
buscar el hambre
amanecer sin techo
morir de inanición
bajo la niebla de Ashfor
en el bello condado de Kent.


2.
Lugar del sacrificio, toma mis ojos.
Es lenta la hora de morir,
la emboscadura breve
de la luz,
la fría fábrica
donde tuve mi muerte.


3.
Su pelo, dice Bataille, seco y confuso,
parecía unas alas,
su pelo era unas alas,
Albert Camus amó su mente,
dijo de ella que era el único espíritu libre de su
tiempo.

Tiempo, tomas tus alas, yo no las quiero, tiempo.
Toma tu fama, tiempo, yo no quiero tu fama.

Soporto este vacío que está empezando en mí.
No tengo hijos
ni amantes.
Mi carne está intocada.
La carne busca hijos, noches de amor,
busca la gravedad.

Mi alma busca la ingravidez,
romper
la distancia entre pensar y hacer,
esa distancia.


martes, 5 de julio de 2016

I PRIGIONI




Una guapa mujer italiana
se fotografía ante el esclavo joven
ante el esclavo barbudo
ante el esclavo atlante
ante el esclavo que se despierta.
Su indiferencia es colosal.
No sabe que el esclavo atlante empezó a mirarla
mucho antes de que ella naciera,
no sabe que los ojos del esclavo descansan
sobre sus ojos.
No sabe que para que ella haya llegado hasta aquí
él ha tenido que soportar el peso
de su desdicha
y de su indiferencia.





SANTA MARÍA NOVELLA


Quedamos allí para emular a los jóvenes del Decamerón.
También nosotros huiremos de la peste.
También nosotros nos contaremos cuentos
noche tras noche,
hasta otro día mejor.

También nosotros.

martes, 21 de junio de 2016

todos nosotros


Pez en la tierra

En 1932, Manuel Altolaguirre y Concha Méndez publicaron en su imprenta de la calle Viriato de Madrid el libro Pez en la tierra de Margarita Ferreras, dedicado a Juan Ramón Jiménez. No volvió a publicar más libros, después de la guerra se perdió su rastro. Hubo cierta locura, cierta muerte antes de la muerte.
No hay fecha, no hay lugar.
Torremozas acaba de reeditar ese libro después de más ochenta años. Hace unos días lo presentamos en la antigua Casa de Fieras del Retiro. Leer sus poemas fue como salvarla de la muerte.

un poema de margarita ferreras

Huelo estas lilas
y desandan mis venas
la mitad de mi vida.

Era mi carne intacta
desnuda transparencia
incolora del agua.

Y removéis el poso
siervas de los sentidos
de los ecos remotos
en delicia presente.



lunes, 20 de junio de 2016

martes, 14 de junio de 2016

domingo, 7 de febrero de 2016

viernes, 8 de enero de 2016

Recordaba una plaza, los arcos de una plaza.
Eran grises, lo sé.
Hace ya muchos años. Pero sé que eran grises.
Después de recorrer media ciudad.
Piazza Annunziata, el milagro más bello.
Al fondo,
no los arcos,
el hierro
los andamios.
Apenas puedo verte
pero sé que ahí estás.

Querido Andrea del Sarto
quiero decirte
esto:
ha muerto Juana,
Juana Bignozzi,
la que tanto te amó.




Las poetas visitan a Andrea del Sarto

pero la Annunziata con sus menores y todo la ciudad
cruzando el Arno para ver el atrio pintado por mí
ponía como en club de barrio de Buenos Aires
la ciudad en mis manos
y el silencio
J. B.

Las poetas visitan a Andrea del Sarto

el invierno borra los colores
profundiza el alma de los tonos
el fulgido rojo se transforma
en sangre seca y eterna
sin luz ¿quiénes somos?

Juana Bignozzi